Lo singular de la “pandemia”

Este momento, en el cual la pandemia del COVID-19 ha tomado un carácter de real inédito para el mundo, no solo remite a un malestar en la cultura, sino que además ofrece nombres o etiquetas con los que cada uno de nosotros pudiéramos identificarnos: contagio, contaminada, enfermedad, entre otros, dificultando detectar el sufrimiento que nos pertenece.  

Desde el psicoanálisis lacaniano trabajamos bajo una serie de principios fundamentales.  Hay dos que me parecen de suma importancia: la Singularidad y la Contingencia. 

En este contexto, se hace necesario atrapar algo de lo singular dentro de lo universal de todas las definiciones para no perder la brújula dentro de esta contingencia que nos arropa a todos. 

Lo que revela la contingencia

Cada uno de nosotros posee una lógica única, una forma de funcionar que está relacionada con una historia particular de vida, a partir de la cual se vive y manejan los eventos contingentes. Cada quien tiene recursos subjetivos que bien pueden tanto ayudar a sobrellevar la situación o al contrario angustiar en exceso. 

Las vivencias que hayan marcado al sujeto a lo largo de su vida y que se reviven a partir de experiencias presentes que contengan algún rasgo similar a una experiencia pasada, les hacen tomar este real de la pandemia como algo que puede superar o como algo que los paraliza, asusta o desespera.

Este es un momento en donde se hace imprescindible apelar a preguntarnos si lo que está sucediendo pudiera conectar con una vivencia que ha quedado instalada como traumática en nuestro inconsciente, y que sin saberlo nos activa el punto de trauma. 

¿Qué nos dice la clínica sobre lo singular?

Lo que nos angustia en un primer momento es la sorpresa, el no saber bien qué es lo que ocurre y por tanto, tampoco sabemos cómo responder quedando presos de una angustia de un no saber hacer

Una vez que comenzamos a hacer uso de nuestros propios recursos, nuestros referentes y acceder a nuestros recuerdos, comenzamos a darle un sentido a la situación que atravesamos bajo la lógica de una sensación ya conocida, despejándose así algo de lo singular.  

Para ilustrarlo les planteo un par de ejemplos: el primero, un sujeto para el cual la pandemia le detona un temor a morir de inanición. El dispositivo analítico revela una historia familiar en la cual, en situaciones relacionadas a crisis económicas, su madre hace referencia a “morir de hambre”.

Otra  paciente, a partir de frases provenientes de su abuelo materno durante su infancia, se ubica como “una mujer con suerte”. Por tanto, su angustia no remite ni al dinero ni a morir de hambre sino a qué hacer con el tiempo libre porque se siente “inútil”.

Lo que se evidencia al darle lugar a lo singular es que la angustia y el sufrimiento de un sujeto jamás es igual al de otro. Aunque el detonante sea común entre muchas personas, el alivio se consigue por distintas vías. 

¿Qué hacer con lo propio?

Pienso en este momento que hay que tratar de hacer con la contingencia, asumir que no sabemos nada sobre lo que sucede para poder estar atento a lo que se va despejando en el ambiente. 

Cada quien, desde su posición subjetiva y con los recursos que dispone, tendrá que inventar, innovar día a día apostando al deseo de vivir y manteniendo al  margen el goce que nos empuja a la muerte. 

Al final, podemos encontrar qué hacer dando lugar a las soluciones que se irán construyendo de manera individual. Lo que se construye, como en toda situación nueva, es un saber-hacer que nos calma y que nos permite funcionar y esto solo es posible si logramos encontrar lo que nos pertenece e identificar lo que nos angustia.  

Print Friendly, PDF & Email

9 comentarios sobre “Lo singular de la “pandemia””

  1. Muy interesante, en estos tiempos que hace falta orientación para soportar de una mejor manera lo que se está desprendiendo de esta terrible enfermedad..

    1. Gracias por tu comentario. Yo diría que no solo es lo que se desprende como consecuencia, si no lo que empieza a hacerse evidente pero que había estado oculto.

    2. Así es, la orientación dependerá del trabajo que cada quien haga consigo mismo para no dejarse arrastrar por una angustia desmedida. Un abrazo y gracias por leernos

  2. Muy buen artículo, además oportuno para comprender que cada quién necesita y espera cosas diferentes y en el marco de esas diferencias es su nivel de afectación producto de este momento tan particular que vivimos.
    Gracias Licenciada por este aporte.

    1. Exacto, justo esa es la idea, hacer ver que esto no nos afecta de manera general sino singular y dependiendo de cómo cada quien haya sido marcado a lo largo de su vida.

    1. Muchas gracias. Que bueno que te gustó. Te invito a leer otros artículos en el blog y estar atento a mis próximas publicaciones.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *