Según Wikipedia, Jamming es una canción de Bob Marley que salió al público en 1977 con The Wailers; perteneció al disco Exodous y su lanzamiento fue todo un éxito sobre todo luego de su muerte. Es una expresión jamaiquina que se refiere a bailar juntos al ritmo de la música. Normalmente es usada en relación al consumo de la marihuana.
En algún punto de la historia, el uso de esta palabra pasa a referirse también al acompañamiento que se hacen diferentes músicos desde lugares remotos unidos por compases rítmicos. En la actualidad es común escuchar “jameando” a un grupo que se reúne para una presentación informal, que si bien no están separados estrictamente hablando, cumplen con el jamming en el sentido de acompañarse “unidos por” la música.
De lo inesperado a una solución
Ahora bien, si hay algo a lo que ésta pausa mundial nos ha empujado, producto de las recomendaciones sanitarias de la Organización Mundial de la Salud para la no propagación del coronavirus covid-19, es la producción de un nuevo lazo social. Allí donde antes nos conectábamos a nuestra vida por medio del trabajo al que nos dedicamos, la escuela a la que enviamos a nuestros hijos, las salidas con amigos o las visitas familiares, actualmente hay una suspensión de todo contacto físico que pone un punto de preocupación a nuestra forma de vida.
No podemos continuar de la forma en que lo hemos venido haciendo hasta ahora, sobre todo algunos países en los cuales apenas está comenzando el virus y en otros a pesar de llevar más tiempo, las medidas no parecen funcionar con la rapidez que quisiéramos, alejando de forma indefinida la posibilidad de terminar con la situación. Esto obliga a encontrar qué hacer con la gente alrededor y qué hacer con el tiempo que se invertía en otras cosas, es allí donde me parece que se redobla el concepto de “Jamming”.
He podido ver y disfrutar de lo que me parece es un efecto de esta convivencia forzada. Las constantes transmisiones en vivo que realizan diferentes artistas por medio de las plataformas sociales digitales, en ellas no solo mantienen comunicación sino también hacen pequeñas presentaciones en compañía de otros músicos del otro lado de la pantalla situados a muchos kilómetros de distancia. Afinan instrumentos, cantan al ritmo de los acordes y tienen un público que disfruta de su show así como si no fuera necesario el contacto físico.
Un nuevo lazo social
Este efecto no ha sido solo en las plataformas digitales. Hemos visto como desde los balcones de los edificios en Italia y España, vecinos salen a compartir su música, su arte y son acompañados por otros al compás del mismo ritmo y otros instrumentos. Incluso sin ser necesaria una gran habilidad musical, una niña canta a todo pulmón “hola don pepito” recibiendo un tierno unísono de sus vecinos: “hola don José”.
Es decir, pienso que este “jamming” espontáneo al que hemos accedido naturalmente es el resultado de encontrar una forma de conectarnos nuevamente con el otro a pesar de las complicaciones que plantee el momento actual, quiere decir que de a poco la angustia irá pasando con la invención de soluciones a cada situación que se vaya presentando, sin que necesariamente tengamos que apelar a un pack de recomendaciones.
Creo que se trata de confiar más en nosotros, de retomar nuestra genuina capacidad de disfrutar de la gente y las cosas en tanto no se avizore el final de la letalidad que plantea este virus.
Creo que va por el lado de la invención ante la contingencia Pero habría que darle el carácter de suplencia, son alternativas en la emergencia y el contacto virtual viene a suplir la “la impodibilidad del contacto físico”. Pero me preguntó si estará planteado la sustitución del encuentro cuerpo a cuerpo por el encuentro virtual, como una nueva forma de lazo social a futuro y que consecuencias para el sujeto.
Hola Luisa, gracias por comentar. Sin duda son formas que han encontrado las personas para seguir conectadas en un intento de hacer lazo social nuevamente, en todo caso soy entusiasta al pensar que esto puede cambiar la forma del contacto cuerpo a cuerpo cuando pase la cuarentena, pienso que es posible que este lazo digital se fortalezca en contraposición del físico. Saludos!